¿Afecta el uso del chupete al desarrollo del lenguaje? Lo que necesitas saber

El chupete es un aliado común en la crianza de los bebés pero, su uso prolongado o inadecuado puede tener implicaciones en el desarrollo del habla y del lenguaje.

El chupete es un aliado común en la crianza de los bebés. Ayuda a calmar el llanto, favorece el sueño y satisface el reflejo de succión no nutritiva. Sin embargo, su uso prolongado o inadecuado puede tener implicaciones en el desarrollo del habla y del lenguaje. ¿Qué dice la evidencia? ¿Cuándo se convierte en un riesgo más que en un beneficio? Te lo explico.

El lenguaje y el desarrollo oral: ¿cómo se conectan?

El lenguaje oral implica una coordinación compleja entre los músculos de la boca, la lengua, los labios, la mandíbula y las cuerdas vocales. Durante los primeros años de vida, los bebés comienzan a explorar sonidos, balbucear, imitar gestos y finalmente a decir sus primeras palabras. Para que este proceso ocurra con normalidad, es importante que tengan libertad para mover la boca y experimentar con diferentes sonidos.

¿Dónde entra el chupete en todo esto?

Cuando el chupete se utiliza de forma ocasional, especialmente en momentos de sueño o consuelo, no suele generar problemas en el desarrollo del lenguaje. Sin embargo, cuando su uso es constante o se extiende más allá de los dos años, puede interferir con:
• La articulación de sonidos: El chupete impide que el niño practique ciertos movimientos necesarios para hablar con claridad.
• El tiempo de interacción verbal: Si el bebé tiene el chupete en la boca durante largos periodos, es menos probable que intente hablar o comunicarse.
• El desarrollo de la musculatura orofacial: Un uso excesivo puede afectar la forma en que se desarrollan los músculos y estructuras bucales, lo cual influye directamente en el habla.

¿Cuándo es recomendable limitar su uso?

La mayoría de los expertos en salud infantil y logopedas coinciden en que el uso del chupete debería disminuirse progresivamente a partir del primer año de vida, y eliminarse antes de los 2-3 años. A partir de esa edad, el riesgo de retrasos en el habla, alteraciones en la dentición y problemas de pronunciación aumenta.

Consejos para una transición saludable

• Ofrece alternativas: objetos de consuelo como peluches o mantas pueden reemplazar al chupete.
• Fomenta la comunicación: habla, canta y juega con tu hijo para estimular su lenguaje.
• Establece rutinas: limita el chupete a momentos específicos, como la hora de dormir.
• Sé paciente: dejar el chupete es un proceso gradual y requiere comprensión y constancia.

Conclusión

El chupete no es enemigo del desarrollo infantil, pero como muchas herramientas de crianza, su uso debe ser equilibrado. Estar atentos a las señales del lenguaje y fomentar la comunicación desde los primeros meses es clave para un desarrollo saludable. Si tienes dudas o notas retrasos en el habla, no dudes en consultarme.